Español: curso de perfeccionamiento

Manos a la obra > ¿Igualdad laboral entre hombres y mujeres? Eso está por ver

Al hablar de igualdad de sexos en España hay que mostrar los datos que indican lo que hemos evolucionado en los últimos años: La Constitución española vela desde 1978 por la igualdad de trato hacia la mujer dando a los poderes públicos la capacidad de promover condiciones de libertad e igualdad para todos los individuos.

Es cierto que hemos avanzado enormemente respecto a la situación que se vivía en los años 70. A la muerte del dictador Franco, la mujer estaba todavía en una situación de sumisión total al varón sin poderes políticos ni económicos. Las españolas estaban obligadas a pedir el permiso de su esposo para abrir una cuenta bancaria o incluso para poder trabajar.

A comienzos de los 80 solo un 6% del Parlamento eran mujeres. Este dato se incrementó hasta un 25% en 1988 y tenemos que esperar hasta 2007 para que se apruebe una ley de democracia paritaria, es decir, ningún género podrá disponer de más de un 60% o menos de un 40% en las listas electorales.

Los partidos políticos han tomado medidas respecto a los permisos de maternidad y paternidad, el derecho al aborto, la violencia doméstica o la reforma fiscal que permitiría presentar declaraciones de la renta separadas para los cónyuges. Estas medidas pretenden fomentar la independencia de la mujer, suprimir la idea de que el poder recae en el cabeza de familia y avanzar hacia una sociedad más igualitaria.

A pesar de que en el curso académico 2009-2010 el 60,2% de los titulados universitarios eran mujeres, frente al 39,8% de los hombres, la tasa de desempleo cuatro años después de titularse era mayor en las mujeres, con un 20,5% frente al 17,2% en hombres. La integración de la mujer en el ámbito laboral no es de plena igualdad ya que además de que las tasas de paro sean superiores, los sueldos son inferiores y la conciliación laboral con el ámbito doméstico además de ser todo un reto, casi siempre recae en la figura femenina, a la que se ve plenamente responsable no solo del cuidado de los hijos (visitas médicas, extraescolares, etc.) sino también del mantenimiento del hogar (compras, labores de limpieza, elaboración de las comidas, etc.)

Por otro lado está la brecha salarial, que supone otro inconveniente más en el mercado laboral para el sector femenino. Según el INE, en 2018 el salario más frecuente en mujeres (15484,40 euros) representaba un 83,8% del salario más frecuente en hombres (18470,80 euros). Del mismo modo, el salario por hora de las mujeres (11,9 euros) en 2018 representaba el 93,3% del salario del hombre (12,8%).

No menos importante es el concepto de techo de cristal, que se refiere al conjunto de normas no escritas que en el interior de las organizaciones impiden a las mujeres el acceso a los puestos de alta dirección; os pongo dos ejemplos reales:

A una amiga allá por el 2016, el que entonces era nuestro jefe le dijo: “eres una mujer, tú nunca ascenderás mas allá de determinado puesto porque un día querrás tener familia y te dedicarás más a ella que a otra cosa”. Esta chica ahora mismo realiza un trabajo “masculino” y es la primera mujer maquinista de Huelva. El mismo alto cargo presionó a otra compañera para que renunciase a su jornada reducida por maternidad alegando que la economía estaba mal y podría empezar a sobrar gente en el proyecto.

Con estos ejemplos pretendo mostrar que a pesar de los avances que se vienen haciendo, la igualdad de género total es todavía una utopía y se requiere un esfuerzo de todos para eliminar las actitudes machistas en el entorno laboral.

De hecho, el INE (Instituto Nacional de Estadística) nos muestra que en 2020 el porcentaje de mujeres en el conjunto de Consejos de Administración de las empresas que forman parte del Ibex-35 ha sido del 27,7%, porcentaje 3 puntos superior al del año anterior y que ha hecho un largo recorrido desde los 11,2% de 2012, pero que, sin duda, es todavía insuficiente.

Ahora bien, lejos de ser pesimistas y mirando los últimos datos objetivamente parece que estamos en el buen camino: según la decimosexta edición del informe «Women In Business» publicada en 2020, España se sitúa en el top 10 mundial con un 34% de mujeres ocupando puestos directivos. Así mismo, según el mismo informe, España sería el país con más mujeres de Europa en el puesto de director ejecutivo de una compañía.