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Obras y reformas > Las reformas en España: lentas, costosas e inseguras

Muchas personas se plantean reformar su vivienda, especialmente después de estar confinados. Pasar mucho tiempo en casa hace que nos demos cuenta de los numerosos desperfectos que tiene. A principios de 2021 son más del 60% de los españoles quienes toman esta decisión: "hay que hacer reforma". Podemos llegar a esa conclusión por diversas razones. Según las encuestas, un 30% lo hace porque hay un nuevo miembro de la familia en camino, un 25%, para adaptar el piso recién adquirido a sus gustos. Sea por la razón que sea, ninguno estamos preparados para enfrentarnos a todos los tipos de problemas con los que tendremos que lidiar durante la obra.

El sector profesional de la reforma es muy amplio. Miles de empresas te ayudan a planificar la obra y llevarla a cabo. Pueden ofrecerte consejo para algo tan sencillo como el color de las paredes, o planificar toda la reforma de manera integral. Pero contratar una empresa a menudo puede traducirse en presupuestos desorbitados. Los españoles llegan a desembolsar en una reforma entre 8000 y 15000 de media, siendo las cocinas y los cuartos de baño las partes más caras. Sin embargo, el coste de algunas reformas puede incluso llegar a superar los 70 000 euros.

Si por razones económicas contratar una empresa supera el presupuesto familiar, se suele optar por preguntar a familiares o amigos que sepan hacer chapuzas. Uno siempre tiene un cuñado, o el cuñado tiene un amigo "manitas", que, además, está en el paro y deseando ayudar. No obstante, el riesgo de que tu reforma termine siendo una auténtica chapuza es considerablemente alto. Peor todavía si has contratado a un particular del que no tienes referencias.

Después de pactar el precio, los plazos y adelantarle dinero, el albañil que ofrecía “gran experiencia” desaparece unos días, puede que semanas. De pronto un buen día aparecen en tu domicilio personas a las que nunca has visto diciendo que los envía el jefe. Sí, el mismo que había desaparecido. No tienen pinta de profesionales, y en el descanso les escuchas decir que es la primera vez que instalan un lavabo, así que te llevas las manos a la cabeza y rezas para que después no gotee. Al día siguiente aparecen otros distintos, que ni siquiera hablan español. De hecho, casi no hablan, se dedican a tirar tabiques y te da la sensación de que van a destrozar todo lo que encuentren por el camino. Cuando se marchan, suspiras aliviado porque a pesar de una gran nube de polvo y un montón de escombros tirados por el suelo, la casa aún se mantiene en pie.

Es en ese mismo momento cuando te pones a llamar desesperadamente al "jefe", ese “albañil con gran experiencia” al que pagaste y no has vuelto a ver, pero por alguna extraña razón ha dejado de contestar tus llamadas. A la mañana siguiente no hay nadie, ni a la siguiente. Al tercer día deseas que al menos vuelvan los últimos macarras. Al cabo de una semana empiezas a pensar que la opción de vender tu coche para pagar el resto de la reforma con una empresa de verdad ya no te parece tan mala…

Lo cierto es que los últimos estudios dicen que las reformas suelen costar de 2 a 3 veces más de lo esperado y nunca terminan a tiempo. Y es que durante el proceso siempre surgen imprevistos y se descubren defectos que antes de empezar la reforma estaban ocultos. Tan sólo un 10% de los españoles consiguen gastar tanto como habían planeado.

La época del año más propicia para hacer una reforma es el verano, y precisamente por eso es también la más solicitada, y es cuando más cuesta encontrar buenos profesionales. Así que mucho ojo si estando en España, decides hacer obra en verano. Si termina bien, es como si te hubiese tocado la lotería.