Nombres de personas que significan nacionalidad, profesión o título forman el femennino así:
las palabras que terminan en –o, la cambian por –a
un médico – una médica
las palabras que terminan en consonante, añaden –a
un doctor – una doctora
las palabras que terminan en –e, no cambian
un cantante – una cantante
Esta última regla tiene 3 importantes excepciones:
el presidente – la presidenta
el dependiente – la dependienta
el jefe – la jefa
Antes, las profesiones típicamente masculinas no variaban en femenino. En el lenguaje moderno sí varían:
ANTES: la decano, la juez, la ministro
AHORA: la decana, la jueza, la ministra
La Real Academia Española admite las dos formas. Sin embargo, con un adjetivo en femenino sólo se acepta la forma en –a:
CORRECTO: la primera ministra
INCORRECTO: la primera
ministro
Algunos cargos y títulos añaden el sufijo –sa:
el alcalde – la alcaldesa
el conde – la condesa
Algunas palabras tienen sus propias formas femeninas, hay que aprenderlas de memoria:
el rey (король) – la reina (королева)
el actor – la actriz
Los sustantivos que no son ni profesiones, ni títulos, ni nacionalidades no varían en femenino:
el testigo – la testigo
Sustantivos y adjetivos de una sola terminación
La mayoría de las palabras que terminan en –ta y todas las que terminan en –ista, no cambian:
el atleta – la atleta
el tenista – la tenista
Los músicos y algunas profesiones a menudo se llaman por el nombre de su instrumento, que puede ser una palabra femenina:
el batería
el cámara
También hay que recordar estos casos:
el/la guía
el/la belga, el/la croata
el/la inca, el/la maya, el/la azteca