Испания в текстах

> La familia

Mamá y papá se van a trabajar... Así empieza el día para muchos niños. Y es que para mantener la familia tienen que trabajar tanto el padre como la madre. Ahora que hay unos 3,5 millones de parados –uno de cada cinco – la gente acepta cualquier trabajo, duro y mal pagado. Y si hace falta ayudar, ahí está la familia, para lo bueno y para lo malo. Para los españoles, la familia es lo más importante, aunque para algunos lo son los amigos o el trabajo. Sin embargo, cuando hay un compromiso familiar todo lo demás se suspende.

Cuando un español dice “mi familia” no está hablando de la familia nuclear: padres e hijos, sino de un círculo más amplio que incluye a los abuelos, a los tíos, a los hermanos, primos, sobrinos, sus novios y novias… Podemos hablar fácilmente de unas cien personas. Y todas estas personas suelen reunirse en las fiestas principales, que son la Navidad, los Reyes, los bautizos, bodas y comuniones.

Hoy en día no es costumbre que las parejas convivan con sus padres. Los jóvenes empiezan a compartir piso con su pareja después de muchos meses, si no años, de relación. Y cuando se casan – hecho que en España suele ocurrir entre los 27 y los 35 años, - se compran un piso o alquilan uno, pero nunca se quedan en casa de los suegros. Eso sí, suelen comer con ellos de vez en cuando.

La cosa cambia cuando los suegros se convierten en abuelos. En casi todos los hogares con hijos, son los abuelos quienes cuidan de ellos mientras los padres trabajan. Llegan a convertirse en unos segundos padres. La mitad de los abuelos españoles pasan más de seis horas diarias con sus nietos. Claro: si los padres salen del trabajo a las seis, ¿quién se queda con el niño que acaba el “cole” a las tres?

Normalmente los dos padres trabajan, y por lo tanto, también comparten las tareas del hogar. Está mal visto que un hombre no colabore en casa. Ojo, más que colaborar, tiene que participar tanto como la mujer. De lo contrario el hombre se considera machista, y puede haber conflictos. Ambos cocinan, friegan, ponen la lavadora o hacen la compra. Lamentablemente, todavía existen familias tradicionales en las que la mujer carga con todas las tareas del hogar, y encima trabaja.

La modernidad ha traído cambios en el modelo familiar tradicional. De hecho, antes de tener una relación duradera y estable, los jóvenes españoles pueden tener un promedio de hasta ocho parejas antes de la definitiva. Además, las parejas no son sólo entre hombre y mujer. La homosexualidad está reconocida como algo natural y es relativamente respetada.

Mientras en otros países el vínculo principal en la pareja son los niños, el sexo o las aficiones comunes, los españoles valoran la fidelidad por encima de todo. Es decir, “los cuernos” – la infidelidad en el matrimonio – son la causa principal del divorcio. Hay que decir que los españoles aguantan mucho: la mayoría de los divorcios ocurre después de 15 o 20 años de casados. Y de ellos, pocos vuelven a casarse: un hombre de cada tres y una mujer de cada cinco.

La crisis económica también ha cambiado el panorama familiar. Muchos jóvenes no pueden emanciparse y siguen viviendo con los padres hasta los cuarenta años porque no encuentran un trabajo estable y bien pagado. Y hay parejas que no pueden permitirse vivir juntos porque no tienen dinero para alquilar un piso, ni mucho menos, para pedir una hipoteca.