Разговорный испанский 4

Los ordenadores > ¿Qué es una relación de amor-odio?

Si hace años el aparato más vendido era la tele, hoy en día desde luego, lo es el ordenador. ¿Quién no tiene un ordenador personal? Incluso en pequeñas aldeas aisladas de África podemos encontrar uno.

El ordenador nos facilita muchas tareas. Por ejemplo, cuando escribes un texto y te equivocas, no tienes que tirar el folio y empezar de nuevo. Puedes borrar y corregirlo en un segundo antes de imprimirlo. Y si envías un correo, no hay que esperar varios días para que llegue a su destinatario. El mensaje llega de forma instantánea. Pero, ¿qué ocurre cuando el ordenador no te funciona?

Yo odio los típicos mensajes de actualización, o cuando aparece el reloj de arena y te quedas mirando con cara de tonto varios minutos, como si el reloj de arena tuviera un poder hipnótico. Es como cuando esperas el autobús mucho rato y empiezas a pensar en irte pero... ¿y si llega justo cuando te vas? No, mejor esperas. Así que estoy segura que uno puede llegar a estar más de veinte minutos esperando a ver si el reloj de arena por fin desaparece y el maldito ordenador obedece. Al fin y al cabo es una máquina, ¿porque no hace lo que le digo cuando se lo digo? Así es como descubres que, aunque no te apetezca y aunque no hayas estudiado informática, tienes que informarte y estudiarlo por tu cuenta porque el maldito relojito puede apoderarse de tu tiempo. Así que tienes que saber qué es la memoria RAM, la placa base y la tarjeta gráfica. Pero lo difícil es saber cómo combinar todos estos elementos.

Recuerdo que después de llegar a odiar profundamente mi primer ordenador, tuve claro que el siguiente sería un ordenador a la carta. Yo elegiría todos sus componentes, los compraría por separado y luego los montaría. Era más barato y, en teoría, más fiable. En mi lista de componentes había lo siguiente:

Una tarjeta de memoria RAM con mucha memoria. Esto haría que mi ordenador pudiera utilizar la información con más agilidad.
Un buen microprocesador. Claro, ¿para qué quieres mucha RAM si no tienes un buen procesador que gestione la información?
Un disco duro con mucha capacidad de almacenamiento. Antes un disco duro de 10 Gigas era una pasada, ahora lo es uno de 10 Tb, de diez teras, vamos. Así podría instalar muuuuchos programas y aún quedaría espacio suficiente para guardar fotos, vídeos, o lo que quisiera. Ahora tenemos la nube y esto da igual, pero sigue siendo importante.
Una excelente placa base, lo más caro. Allí va todo conectado y tiene que ser capaz de integrar todo a la perfección. Sin ella todo lo demás no sirve para nada.
Y algo que antes era importantísimo: un buen ventilador para microprocesador. Este podía calentarse y ¡tachán! En mitad de un trabajo adiós ordenador y adiós trabajo.

En fin, ya veis. ¿Creéis que soy una experta en estas cosas? Pues no, de eso nada. Sólo alguien que odia a muerte los relojitos de arena y los apagones que te hacen perder un trabajo. Alguien que no soporta que una máquina decida cuánto tiempo estás mirando la pantalla, o que no entiende de esfuerzos y se apaga sin más. No hay opción. Si quieres llevarte bien con la máquina, conócela un poco más. Al final, estableces una relación con la máquina que se parece a la relación que puedas tener con un amigo. No, más bien con una mascota. ¿Quizás como la relación con un socio? Pues no, tampoco. Hemos de recordar que es tan sólo una herramienta, pero nos produce tanta satisfacción… ¿Sabéis una cosa? Yo creo que le quiero, sí a mi ordenador. Creo que le quiero.