Distintas naciones le dan un uso muy variado al dinero. Algunos prefieren ahorrar o contratan un plan de pensiones para asegurarse el futuro. Los más atrevidos invierten en acciones o fondos de inversión. Otros, en cuanto reúnen algo de dinero, inmediatamente lo gastan.
En este aspecto los españoles representan un término medio: ni son demasiado gastones, ni tampoco muy ahorradores. No buscan tiendas de marcas caras, se suelen conformar con ropa económica y práctica, tampoco se mueren por tener el último modelo de Iphone. Por otro lado, nunca escatiman en comida y fácilmente pueden gastarse 50-60€ en una cena con amigos.
Frente a los Estados Unidos donde un 42% invierte en alguna operación financiera, los españoles son más prudentes, y prefieren tener un futuro más seguro. La forma más común de invertir dinero es comprando una vivienda: más de la mitad de los españoles poseen una vivienda en propiedad, y uno de cada cuatro, además, una segunda residencia. Debido a la reducción de las pensiones de jubilación, la gente con ingresos opta por contratar también uno o varios planes de pensiones.
Ahorrar nunca ha sido su prioridad, sin embargo, antes de la crisis las familias españolas conseguían ahorrar un 12% de su sueldo. En los últimos años esta cifra se ha reducido a un 8%: muy por debajo de los austríacos que consiguen ahorrar un 17% de su renta, pero bastante por encima de los británicos, que no llegan ni al 4%. Por otro lado, en cifras absolutas España está a la cola de Europa. Hoy en día la mayoría de los españoles son mileuristas, es decir, ganan en torno a 1000-1200 euros al mes, por lo que el ahorro mensual no suele superar 100€. Con este dinero es muy difícil hacer frente a los imprevistos que puedan surgir a lo largo del año.
La mayoría de los hogares están literalmente ahogados con los gastos, y tienen razones de peso para estarlo. España tiene la electricidad más cara de toda Europa, el doble de cara que en Francia y un 80% más cara que en Alemania. Los hogares que no disponen de gas durante los meses de invierno tienen que enfrentarse a facturas mensuales de más 400 euros, u optar por apagar la calefacción y pasar frío, lo que afirman hacer 4,5 millones de españoles. Además de las facturas, la mayoría de las familias españolas tienen que pagar la hipoteca (un 29%) o el alquiler (un 22%), lo que suele constituir más de una cuarta parte de sus ingresos. Si sumamos los gastos de comunidad, agua e internet (el último, el más caro de Europa), veremos que las familias españolas apenas pueden permitirse gastos superfluos. De hecho, un 40% no pueden costearse ni una semana de vacaciones en la playa.
La comida constituye el segundo gasto más importante del presupuesto familiar (aproximadamente un 15%). No obstante, en los últimos años se ha reducido bastante el consumo de productos de lujo e incluso el de los productos más típicos españoles como los embutidos o el pan. En estos productos los españoles no llegan a gastar ni 13 euros mensuales. Al mismo tiempo, un español medio gasta entre 500 y 1000€ al año en los bares y restaurantes, casi tanto como en el transporte. Pero ya sabemos que los bares en España no son un lugar para comer o beber: son una forma de socialización, o, si preferís, una forma de vivir…