“Lo más importante no son las cosas materiales”, podría afirmar cualquier español medio. Con esto quieren decir que la familia y los amigos son lo que realmente importa. Mientras en algunos países la gente deja de salir con sus amigos para poder comprar un objeto caro (una prenda de marca o incluso una vivienda), los españoles nunca lo hacen. Aunque necesiten ahorrar, los amigos y la familia son sagrados.
Un español medio no hace culto de los objetos que tiene. Con frecuencia, su coche tiene un golpe, la pantalla de su móvil está rayada, y sus vaqueros, viejos y pasados de moda. Pero no será motivo para cambiar de móvil o llevar el coche al taller. Incluso cuando aparcan es normal dar un pequeño golpe al coche de delante y al de atrás, es una forma de medir las distancias. Y si el dueño del coche golpeado lo ve, no se enfada.
Tampoco les importan mucho las marcas: valoran los objetos más por su funcionalidad que por su prestigio comercial. Existen países donde para tener consideración social, uno tiene que lucir el último traje de Gucci, un bolso de Louis Vuitton y el iPhone de última generación: en España esto no ocurre.
A la hora de comprar algo, el precio importa más que la marca. “¿Para qué pagar el triple por lo mismo?”, opina la mayoría. Por eso, cuando sale una nueva colección de ropa, los españoles no hacen cola en las tiendas sino que prefieren esperar a las rebajas. Sin embargo, a algunos españoles no les importa pagar más si es una tienda de “comercio justo”, que se asegura de pagar bien a los trabajadores que fabrican esas prendas.
Con la comida pasa algo parecido. Para una fiesta familiar, son capaces de gastar en una comida su presupuesto semanal. Sin embargo, la compra diaria la hacen en supermercados baratos, de hecho, es habitual comprar cosas de “marcas blancas”, que son la marca propia del supermercado.
En España se fabrican muchas marcas propias mundialmente conocidas como Camper, Mango o Desigual (ropa), Seat (coches) y BQ (móviles). Sin embargo, un español difícilmente comprará una marca española sólo por ser española.