Los españoles normalmente desayunan en casa, se toman un zumo de naranja o un café y un bollo o unas tostadas con mermelada. Aunque a veces salen a desayunar en una cafetería o en un bar.
Mucha gente no puede volver a casa a comer, por eso tienen que comer en un restaurante. Muchas familias salen a comer los fines de semana.
En el restaurante podéis pedir un menú del día o comer a la carta. Un menú os ofrece varios primeros platos (una ensalada, una sopa, unas verduras) y tres o cuatro segundos platos (pollo, carne, pescado, hamburguesa), además del postre (arroz con leche, flan, helado o fruta). Esta opción suele ser barata: entre 8 y 15 euros. La mayoría de los restaurantes tienen menú de lunes a viernes a la hora de comer.
Por la noche y los fines de semana hay que comer a la carta. En este caso todo es mucho más caro. Un entrante puede costar entre 6 y 15 euros, y el plato principal, unos 20-25 euros.