En muchas culturas, no es costumbre hablar de los problemas de salud a nadie salvo al médico. A algunos simplemente no les gusta, otros lo consideran de mala educación. En España, entre amigos, compartir los problemas relacionados con la salud es muy normal. Pero, ojo, ¡entre amigos! Así que, cuando un conocido os pregunta “¿Qué tal?” la respuesta típica es “Muy bien, gracias, y tú?”. No tenéis que decir que os duele la cabeza o la espalda, si tenéis gripe, mocos o la tensión baja, no no no, es demasiado pronto para estos temas.
Pero cuando os hacéis amigos, los españoles no ven nada malo en quejarse de su salud, hablar de los médicos y los hospitales y compartir historias divertidas relacionadas con este tema. Estas conversaciones pueden alcanzar niveles muy, muy íntimos. Es habitual que los españoles hablen con sus amigos de, por ejemplo, cómo se sienten cuando van al baño, es decir, si hacen caca bien o mal. Para un extranjero, esta situación es un poco extraña y puede sentirse incómodo cuando sus amigos españoles le cuentan que están sudando o que llevan tres días sin ir al baño. También es muy normal comentar lo que te dice el médico.
Especialmente les encanta ir al médico a los ancianos. Aunque dicen que van al médico porque les duele algo, el verdadero motivo es otro más triste: se sienten solos en casa y necesitan alguien con quien hablar. Esto es un problema grave por dos motivos. Para la sociedad, es grave porque significa que muchos ancianos se sienten muy solos. Pero para el sistema sanitario también es grave porque los doctores no pueden ocuparse de los auténticos enfermos porque tienen que pasar tiempo con los ancianos.