A día de hoy en España sólo hay un 10% de cristianos practicantes, que van a misa a escuchar el sermón del cura, bendicen la comida, rezan por sus familiares, etc. La religión forma parte de su vida. Sin embargo, aproximadamente la mitad de los españoles sienten un vínculo importante con la iglesia. Y lo demuestran en los principales momentos de su vida.
En primer lugar, cabe mencionar el bautizo: la cristianización de los bebés recién nacidos. Se suele celebrar varias semanas, o incluso meses, después del nacimiento del bebé, y socialmente es la ceremonia de presentación de un nuevo miembro en la familia. Recordemos que el concepto de "familia" en España incluye a todos los primos, tíos y sobrinos, con lo cual, para el bautizo pueden reunirse fácilmente entre 40 y 200 personas. La ceremonia misma tiene lugar en una iglesia, donde se suele bautizar a dos o tres niños a la vez. Después cada familia lo celebra con una gran comilona. A día de hoy se bautiza al 60% de los niños aproximadamente. De estos bautizos algunos se deben a la costumbre más que a la fe, y también a la falta de alternativas laicas: cuando nace un niño la familia espera una ceremonia bonita y ¿hay algo más bonito que una iglesia? Aunque últimamente han aparecido los “acogimientos civiles”, que cumplen la misma función pero se celebran en los ayuntamientos.
La primera comunión consiste en que los niños por primera vez comulgan: es decir, toman el cuerpo y la sangre del Señor (lo que toman en realidad es una especie de pan, llamado "hostia" y un poco de vino tinto). Esta ceremonia se celebra cuando los niños alcanzan la madurez necesaria, normalmente, en torno a los 8-9 años. Tienen que asistir primero a un curso de religión que se llama la “catequesis” y confesar sus pecados al cura. Hoy día poco más de la mitad de los padres optan por llevar a sus hijos a la primera comunión. Hay que entender que los niños que van a colegios religiosos y no hacen la primera comunión se sienten excluidos, por lo que sus padres a menudo les hacen una fiesta alternativa.
El matrimonio por la iglesia es otro rescoldo importante de la antigua religiosidad. Recordemos que antes de 1981 no había ni divorcios, ni matrimonios laicos. Casarse por la iglesia desde el 2009 ya no es la opción mayoritaria, y con la crisis va perdiendo más y más partidarios porque supone un gasto económico muy importante. Gran parte de los futuros cónyuges lo hace debido a la presión social, especialmente, por parte de los padres. Se percibe como "más bonito" y más conmovedor. Pero al mismo tiempo requiere mayor esfuerzo de la pareja, ya que tienen que resignarse a esperar alrededor de un año, asistir a los cursillos prematrimoniales que organizan las iglesias y cumplir con una serie de requisitos. Por eso cada vez más gente se casa por lo civil. Además, van en aumento las parejas de hecho (parejas que se registran en el ayuntamiento pero no se casan).
Otro exponente de la religiosidad española son las fiestas, en su mayoría, religiosas. Entre ellos destacan las fiestas de la Navidad, los Reyes, la Semana Santa y las fiestas patronales (en honor del santo patrón del pueblo), que son distintas en cada población.