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Los estudios: educación básica > El fracaso y abandono escolar en España

De todos los países europeos España, junto con Malta, mantiene un triste liderazgo: uno de cada 3 jóvenes abandona los estudios después de terminar la ESO. Y uno de cada 5 ni siquiera termina la ESO, lo cual impide seguir estudiando. Entre estos jóvenes destacan los conocidos “ninis”, personas entre los 18 y 24 años que ni estudian ni trabajan. Afortunadamente, su número se ha reducido casi a la mitad en los últimos 7 años, sin embargo, esto sigue representando un problema para la sociedad española. ¿Cuáles son las razones que empujan a los jóvenes a abandonar los estudios?

En primer lugar, hay que mencionar que el sistema educativo español sigue siendo muy tradicional. Está basado, en gran parte, en la memorización de los contenidos. Además, el plan de estudios de cada materia apenas ha cambiado en los últimos 30 años, cuando el mundo y la sociedad sí han sufrido cambios espectaculares. Por otro lado, los temarios son muy amplios y a menudo a los profesores no les da tiempo a verlos en clase, de modo que los alumnos se ven obligados a estudiar muchos temas solos o recibir clases particulares.

Otra razón del abandono de los estudios se relaciona con la segregación de alumnos en función de su nivel económico. Los alumnos que pertenecen a familias ricas van a colegios privados. Estos disponen de mayores recursos: menos alumnos por aula, más medios tecnológicos, etc. En la comunidad de Madrid el 15% asisten a centros privados y el 40% a colegios concertados. Según la OCDE el fracaso escolar – abandono de estudios antes de obtener el título de la ESO – es 2,5 veces mayor en las familias desfavorecidas. En estas familias a menudo los mismos padres aconsejan a los niños dejar de estudiar o directamente no pueden pagarles la carrera.

También cabe destacar que el sistema educativo español es bastante estricto. Los niños que no superan los exámenes finales tienen que repetir curso. Un 40% de los estudiantes repiten al menos un curso, y el 9% han repetido dos años o más. Así, en la misma clase pueden mezclarse chicos de edades y capacidades muy distintas. A menudo niños brillantes comparten el grupo con alumnos que poseen algún tipo de diversidad funcional. Este intento de integrar a los que son diferentes es importante, pero no siempre triunfa, sino que a veces desemboca en la marginación de los “empollones” y en el acoso escolar.

En algunos países existen centros especializados en matemáticas, biología, lengua extranjera u otras materias, mientras que en España todos los centros educativos ofrecen el mismo programa. Esto significa que los alumnos que destacan en una materia concreta no podrán ampliar sus conocimientos en el centro en el que estudian hasta llegar a Bachillerato, donde sí podrán elegir entre varias modalidades.