Normalmente nos interesa el agente: la persona que realiza la acción. Si el sujeto gramatical de la oración realiza la acción, la construcción se llama la voz activa:
La policía (agente y sujeto)
ha detenido al ladrón (paciente y objeto directo)
La tienda (agente y sujeto) vendió el libro (paciente y objeto directo)
Pero hay veces que el agente no nos interesa especialmente y lo que queremos es llamar la atención sobre el paciente: la cosa o persona a la que está dirigida la acción. Si el sujeto gramatical no realiza la acción, la construcción se llama la voz pasiva:
El ladrón (paciente y sujeto) ha sido detenido por la policía (agente y complemento)
El libro (paciente y sujeto) se vendió
En español hay dos tipos de pasiva: la pasiva con ser (el primer ejemplo) y la pasiva con se (el segundo ejemplo). Veremos estas construcciones en detalle más adelante.