Разговорный испанский 2

La sociedad > La sociedad española

La sociedad española es bastante democrática: las personas no tienen privilegios por su origen. Sin embargo, como en otros países, el nivel económico divide a la población en grupos bastante diferenciados, lo que afecta, sobre todo, al nivel educativo. La gente con buenos recursos económicos llevan a sus hijos a colegios privados o los envían a estudiar al extranjero, mientras que los más pobres carecen de estas oportunidades.

A diferencia de algunos países, el estado español ofrece a sus ciudadanos muchos servicios sociales gratuitos, como la sanidad y la educación, y selecciona cuidadosamente a los funcionarios. Se preocupa de que los médicos, profesores y administrativos tengan un alto nivel de profesionalidad. A pesar de ello, el sistema público está tan sobrecargado que muchas veces pierde calidad y, por lo tanto, eficacia.

Esto se ve claramente en el sistema sanitario. Aunque la sanidad pública cuenta con muy buenos médicos, son insuficientes, y disponen de pocos recursos. Muchos hospitales están siempre llenos y hay listas de espera de meses para las operaciones no urgentes. También para las consultas a un especialista. En cambio, la sanidad privada, cuenta con menos pacientes y dispone de más recursos. Por eso no hay listas de espera ni faltan camas en los hospitales. Con todo, la gente prefiere la sanidad pública. No solo porque es gratuita sino porque es de mejor calidad.

Otro aspecto de la sociedad española es su tolerancia, es decir, una gran capacidad de aceptar lo diferente. Fenómenos como la homosexualidad, rechazados en otras partes del mundo, en España están bastante aceptados. Las parejas de homosexuales no sólo pueden casarse, sino también adoptar niños. Esto es interesante, porque, hace años España era un país muy tradicional, con unas clases sociales muy marcadas, donde el abuso del poder estaba a la orden del día. Las élites – la aristocracia y el clerogozaban de grandes privilegios, y solo se relacionaban con el resto de los mortales para dar órdenes. Incluso dentro de la familia había jerarquía: los hijos siempre obedecían a los padres, y hasta les trataban de usted. Hoy en día ya no es así: los hijos se enfrentan a los padres y los alumnos se rebelan contra los profesores. Aun así, uno de los mayores resquicios de aquella época es el machismo, es decir, la idea de que las mujeres son inferiores a los hombres y deben interpretar determinado papel en la familia y en la sociedad. Aunque entre los jóvenes ya es normal compartir las tareas del hogar y el cuidado de los
hijos, aún persisten muchas actitudes machistas. Así, se considera normal que un chico ligue mucho, sin embargo, cuando lo hace una chica está mal visto.

La sociedad española es muy integradora. No importa cuál sea la religión de uno o de dónde venga, todas las religiones y costumbres son respetadas. Se puede llevar velo, rezar, ser ateo, etc. Así pues, en España no se margina a la gente ni por sus ideas, ni por su origen, ni tampoco por su clase social.