Esta expresión se emplea para personas que son particularmente buenas de corazón. Tiene un origen claro en el cristianismo donde el pan es un alimento sagrado e incluso representa el cuerpo de Cristo. Con el tiempo pasó de simbolizar a Jesucristo a usarse con cualquier persona bondadosa.
Es un trozo de pan, trabaja muy duro para mantener a su familia y nunca se queja