– ¿Dónde vas? – Voy a salir a pasear con unas amigas. – ¡¿Qué dices?! ¡Si está lloviendo un montón! – No importa, además, me voy a poner un impermeable. – ¡Estás loca! ¡Tú con este tiempo no sales! – Anda, mamá, no seas pesada. Venga, adiós, que llego tarde. |
– ¡Qué niebla! No se ve nada. – Hay que poner los antiniebla. – Pues sí. – Oye, ¿puedes ir más despacio? Es que hace mucho viento, y es peligroso. – Vale, tranquila. |
– Hoy tenemos programada una excursión a Salamanca. ¿Vamos a ir? – Parece que va a llover. Si llueve, no vamos, ¿no? – Yo no opino lo mismo. Es una pena suspender la excursión. – Pero si vamos, no vamos a hacer nada con la lluvia. – Claro que sí. Las ciudades son más bonitas cuando llueve. – Pues yo lo veo distinto. Para mí, hay que suspender la excursión. |