Los verbos se usan con sustantivos, que se llaman "argumentos". Por ejemplo, en la frase
Javier regala a Paula una bufanda
hay tres argumentos:
Javier es el sujeto (el que realiza la acción)
una bufanda
es el Objeto
Directo (objeto o persona que manipulamos)
Paula es el Objeto Indirecto (persona a quién va dirigida la acción)
En español es muy importante nombrar todos los argumentos. Por ejemplo, hay que decir
Te escucho (y no, *Escucho)
Lo sé (y no, *Sé)
Con los verbos de sentimiento nombramos primero el Objeto Indirecto y luego, después del verbo, el sujeto de la oración (cosas que nos gustan, nos disgustan, nos molestan...):
A mis padres (OI) les gusta el cine europeo (sujeto)